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¡Castración a violadores de niños y niñas inocentes es el único camino!

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Resumen

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Derrotada en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 la propuesta para restablecer la pena de muerte en Colombia, que estuvo vigente en los albores de la vida republicana para combatir a los ladrones del fisco, no queda otro camino que la CASTRACIÓN, ejecutada con criterio científico por médicos especialistas, como se hace en los hatos ganaderos, en los muladares y en los criaderos de perros y gatos, para castigar a los violadores de niñas y niños que están muriendo trágicamente en Colombia a manos de maniáticos sexuales.

En Colombia aumentan los casos en los cuales, mediante el engaño a los niños y niñas inocentes, destruyen salvajemente la vida de estas criaturas, obligándolos a tener relaciones con depravados sexuales que abundan en Colombia.

Alguna vez, según la Historia Sagrada, el Señor Jesucristo habría pronunciado una terrible frase contra la sodomía: ‘El que corrompiera a una de estas criaturas inocentes, más le valiera que se colgara una piedra de molino y se tirara al fondo del mar’.

Inclusive, secuestran a los niños y los obligan a tener relaciones sexuales, debido a la falta de control de sus respectivas familias. En el transcurso del presente año 2024 han sido asesinados numerosos menores de edad y descuartizados en regiones campesinas, en medio de la manigua, donde al cabo de los años aparecen las osamentas de quienes perdieron su vida, por un descuido de sus padres y familiares, como ocurrió recientemente en el departamento del Valle del Cauca.

En la época de los pueblos bárbaros, los esclavos eran sometidos a la castración, para quitarles el tormento de la sexualidad. Los emperadores iban a la guerra y dejaban a sus esposas bajo el control de los esclavos, que previamente habían sido sometidos a la castración. Matar a una doncella de doce años, luego de arrebatarle su virginidad, debe ser algo terrible en estos tiempos de bárbaras naciones.

La niña secuestrada, violada y asesinada esta semana en Colombia ha generado repugnancia en todos los sectores de la nación, a tal punto que los vecinos de esta familia montaron una descomunal protesta, a piedra, machete y garrote, para destruir la ferretería, donde la niña fue obligada a quitarse la ropa para complacer al asesino.

Por los canales de la televisión nacional se ha visto a una señora llorar desconsolada, porque nadie sabe del dolor de una familia cuando le arrebatan una criatura, que ingenuamente iba a la tienda para comprar el champú para hacerle el aseo a un perrito faldero que la acompañaba en este fatídico encuentro con un desnaturalizado bandido.

Mientras a los ladrones incorregibles les están aplicando la garrotera en las vías públicas de las grandes ciudades, a los violadores deberían castigarlos, recortándole los órganos genitales, para dejarlos marcados por el resto de su vida. Como en la Ley del talión: ‘Ojo por ojo y diente por diente’.

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