
Opinión - Columnistas
Vacío mental Por: Jaime Galvis


En medio de las agitadas circunstancias de la vida política
de Colombia y la inocultable violencia que impera en el ambiente, hay algo que presenta un
preocupante marasmo, la vida intelectual. Las artes, las letras, la ciencia se hallan en un total
estado de abulia.
El teatro y el cine que nunca llegaron a descollar, ahora
se encuentran en una parálisis casi total, no hay grandes autores, no hay iniciativas y francamente
no hay público. La televisión presenta novelas de escaso vuelo, muy distantes de las grandes series
que presenta la Televisión Española, en las cuales se refleja la honrosa tradición del teatro y la
novelística ibérica. En la producción cinematográfica nos superan ampliamente varios países
iberoamericanos y africanos.
La novelística criolla de muy modestos
alcances, casi se detuvo luego de García Márquez. Otro tanto cabe anotar respecto a la poesía. El
ensayo, tampoco es un género que presente brillo, en su mayor parte son textos intrascendentes donde
no hay ideas innovadoras. Solamente ese trillado camino de repetir los dogmas de las ideologías de
moda. La imaginación no está funcionando en nuestro medio, por tanto, todo se reduce a la iteración
de consignas y proclamas calcadas de los titulares de la Prensa de “izquierda” de diversos
países.
Respecto a las artes plásticas el panorama es desolador, en la
pintura después de algunos artistas de escaso relieve, surgió Fernando Botero quien alcanzó
prestigio internacional, pero tras de él no surgió una pléyade de discípulos, todo se estancó. La
escultura luego de una casi total ausencia tuvo un cierto repunte con el mismo maestro Botero, pero
sin sucesores a la vista.
Respecto a la composición de música clásica y
operática en Colombia, se puede decir que se trata de un infante no nato; en este País no existieron
compositores de la talla de Villalobos, Ginastera o Revueltas, los más connotados autores en
Iberoamérica, escasamente la humilde producción de Luis A. Calvo y poco más. La ejecución tampoco ha
sido afortunada, no se conoce un director de orquesta colombiano de talla internacional, nuestros
tenores, barítonos y bajos no han logrado llegar a los grandes estrados, tampoco nuestras sopranos y
contraltos. El único ejecutante musical de talla internacional fue Rafael Puyana, virtuoso del
clavecín, ya fallecido.
La música popular colombiana ha tenido un rápido
desarrollo, pero en ningún caso ha llegado a proyectarse en ámbitos internacionales como lo lograron
ritmos tales como el tango, el bolero, el mambo, la samba o las rancheras
mexicanas.
Un tema demasiado importante en el cual el letargo nacional es
impresionante y preocupante, es la investigación científica. La física en los medios universitarios
se reduce a reproducir experimentos y prácticas elementales, pero no hay investigaciones para
mejorar procesos en ingeniería, hidráulica, generación de energía, transporte y procesos
industriales.
Otro tanto cabe anotar respecto a la química, en
aspectos tales como fertilizantes, petroquímica, carboquímica, metalurgia, química de alimentos, no
hay investigación, todo se reduce a la compra de patentes. Otro tanto se puede decir de la química
farmacéutica, aplastada por el poder mediático de las grandes empresas
internacionales.
El intenso cacareo ambientalista no está produciendo
ciencia, gran parte del territorio nacional es totalmente desconocido en su geología, flora y fauna.
La cartografía geológica es incoherente, la nomenclatura estratigráfica es mitológica, saturada de
“formaciones” imaginarias. La identificación de las unidades litológicas es caótica y en gran parte
errada.
Los “expertos ecólogos” pontifican acerca de la “biodiversidad”
sin haber estudios taxonómicos. Desconocen la etología y distribución geográfica de las especies
faunísticas que dicen proteger, además hay un notable desconocimiento de las características
climáticas de las diversas regiones por tanto confunden los páramos con los bosques pluviales.
¿Dónde están los grandes investigadores? ¡Como falta en Colombia el
honor al mérito!
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