Opinión - Columnistas
El periplo presidencial por USA Por: Luis Humberto Tovar
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Léase bien, no perico sino periplo, del presidente por los
Estados Unidos, mostrando, aunque ya el mundo conoce, las habilidades de la suntuosidad de
mandatario colombiano.Cuando uno trata de analizar sobre las apariciones del
mandatario, y sus condiciones evidentes de estar sometido por elementos extraños en un conductor de
una sociedad, se entra en crisis, por la vergüenza, que genera su actuar, todo menos un presidente.
Un tipo que se preparó siempre para ser anarquista, no para ser
presidente.
Prueba de ello, la anarquía a que ha llevado al país, en menos
de un mes de gobierno; con unos ministros, que solo aparecen ante los medios para bestializar, para
destruir, para acelerar la confrontación de la sociedad con fines
anárquicos.
Una modificación absoluta en las interrelaciones
institucionales; todos abarcan todos los temas sin conocerlos; por no importarles el país, todos se
meten en lo que no les importa; simplemente hablan como loros mojados, como dice la expresión
popular; nadie sabe a qué atenerse. Es “la civilización del espectáculo” como lo dijera Vargas
Llosa.
La metamorfosis atrofiada de la riqueza hacia la pobreza y la
miseria; es un afán desmedido por aniquilar a la sociedad; el gobierno, se ha convertido en el peor
enemigo de la sociedad, peor que la guerrilla, por eso hay que enfrentarlo con las armas que
proponga el gobierno; ahí nace el principio elemental de la legitima
defensa.
Tenemos una sociedad, aparentemente indefensa, pero cuando entienda que vamos hacia
esa guerra civil, que la estamos viviendo en pequeñas dosis, por ahora, pero en la clandestinidad, y
en la oscuridad como se mueven los delincuentes, se está preparando la desestabilización total del
país, será el llanto, y crujir de dientes.
Las conversaciones, diálogos con
las insurgencias disidentes de las Farc, demuestra que, el acuerdo narco de Santos, son la
reafirmación, que sus mismos actores reconocen, que, ese acuerdo vale mierda, solo fue utilizado
para convertirse en el mayor lavado de activos del narcoterrorismo.
A eso
le llamaron paz, convirtieron ese término en el símbolo del delito, del terrorismo, del
narcotráfico, invasión de tierras, gobierno de los delincuentes de lesa
humanidad.
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