
Colombia - Nacionales
Costo de vida aumentó anualmente,algo que no se veía desde hace 22 años


El costo de vida en Colombia llegó en julio a un 10,21%
anual y por primera vez desde hace 22 años alcanzó una variación de doble dígito. La última vez
que el país había atestiguado un incremento tan pronunciado fue en abril del año
2000.
Este reporte entregado por el Departamento Administrativo Nacional
de Estadísticas (Dane) superó las expectativas, pues los analistas consultados por el Banco de
la República esperaban que el incremento mensual en el precio de bienes y servicios marcara un
0,53%. Sin embargo, hubo sorpresa alcista porque el incremento fue de 0,81%, lo que a su vez empujó
la subida anual.
Para el séptimo mes del año, el Índice de Precios al
Consumidor (IPC) se vio estimulado al alza, principalmente, por el valor de los alimentos y las
bebidas no alcohólicas. Seguidas por la división de gasto que agrupa alojamiento, agua y
electricidad. Y el top tres de las obligaciones más caras lo cerró transporte, especialmente
empujado por la subida en los precios de la gasolina.
Si bien el precio de
los alimentos ha desacelerado desde enero, Juan Daniel Oviedo, director del Dane, confirmó que de
todas maneras siguen presionando el bolsillo de los colombianos, toda vez que presentan un alza
anual de 24,61%. Esto quiere decir que abastecer la canasta básica familiar sigue exigiendo un
considerable gasto.
El director del Dane explicó que los comestibles más
caros son las carnes de pollo y de res. En el caso de la primera, según indicó, “hay una tendencia
descendente”. Sin embargo, el mes pasado estuvo expuesta a sobrecostos de producción debido a las
coyunturas internacionales que han encarecido los concentrados y los insumos farmacéuticos que pagan
los avicultores.
Por el lado de la carne de res, que sigue siendo la más
cara, Oviedo hizo notar que también hay una desescalada: “Tiene una menor presión inflacionaria
(...) y está reflejando una menor escasez porque las exportaciones se han visto parcialmente
disminuidas por restricciones biosanitarias a nivel
internacional”.
Igualmente, el funcionario anotó que las hortalizas, el
azúcar, el pan y las legumbres secas son los otros víveres que más incrementaron en julio. En este
sentido, corroboró que a los productos panificados les está pegando duro el precio de las materias
primas para su elaboración. Especialmente el trigo y el maíz, que son importados y, en alguna
medida, se han visto afectados por coyunturas como la guerra entre Rusia y Ucrania que ha mermado su
disponibilidad.
En cuanto a las legumbres secas, Oviedo subrayó que
“tristemente, las decisiones de los hogares generan presiones sobre otras proteínas. Aquí tenemos
productos que son las lentejas y los frijoles, que tienen dentro de la canasta un peso muy
importante y lo que analizamos es que tenemos dos fenómenos: una mayor demanda porque muchos
familias están sustituyendo las proteínas animales por estas legumbres. Pero al mismo tiempo, una
buena parte de las lentejas está asociada con importaciones que provienen de Canadá, que están
siendo realizadas a unos mayores costos y expuestas a una mayor tasa de
cambio”.
Subió la electricidad
Una división de gasto
que no pasó desapercibida para el mes de julio fue la de alojamiento y servicios públicos
domiciliarios, renglón en el que el costo de la electricidad tuvo una subida mensual pronunciada de
2,91%. Y en 10 de las 24 ciudades monitoreadas el aumento estuvo por encima del promedio nacional,
siendo Santa Marta (5%) la que experimentó el incremento más fuerte. En Medellín, el alza fue de
2,38%.
“Tenemos que los costos de distribución están incrementando”,
afirmó el director del Dane, quien señaló que hasta hace unos meses las empresas de servicios
permitían amortiguar esos aumentos a través de opciones tarifarias. Pero, de acuerdo con sus
palabras, “pareciera que las fuentes de liquidez de las compañías están impidiendo que esas opciones
tarifarias amortigüen la transmisión de los mayores costos de
distribución”.
Vale mencionar que los analistas ya daban por descontado que
el costo de vida se vería presionado por las facturas de los servicios y los precios de los
combustibles. Estos últimos tendrán un incremento progresivo hasta los $1.050 de aquí hasta
septiembre, así lo había anunciado el Gobierno saliente.
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